3 oct 2008

Una carta a mi niña del 25-9-01

Viendo, leyendo y sintiendo a esta cabecita loca me han dado ganas a mí también de compartir mis sentimientos (No os perdáis el vídeo recitando a Neruda).

Empezaré por una carta a mi niña.


25-9-01



¿Cómo te va? Por aquí todo bien, mejorando. Nunca había llorado tanto por nada, y es paradójico, estoy tan feliz de tenerte... Sufro por tí, sufro por todo lo que has sufrido y sufro porque no podemos estar juntos. Sufro porque a veces soy tan idiota...

Tú me enseñaste a sentir. Me enseñaste a amar con el corazón y con el alma, porque tú me lo hiciste sentir.

Me enseñaste que para tener amigos, para compartir y participar en la vida de los demás primero hay que compartir la tuya propia.
Me enseñas cada día que el amor va más por dentro que por fuera, que nada es lo que parece y que todo tiene sentido, todos los detalles forman un todo.
Me enseñas a escribir cosas bonitas, porque me haces sentir cosas bonitas hacia todo. Y sobre todo hacia tí.

Ahora pensaba en cuando vimos la peli esa aburrida, sí, esa. Y me acuerdo de la carita de ilusionada que ponías al verla. Preciosa.


[¿Sabes? Me he comprado un libro de terror en Inglés esta mañana, en el aeropuerto. Es que el avioncito ha tardado 1 hora y media más de la cuenta, por la niebla. Y yo me pregunto, ¿teníamos derecho a reintegro de parte del billete por fuerza mayor? No lo sé, el caso es que ni preguntamos, y nos fuimos pa casita, que Mariaje estaba muy cansada, levantada desde las 5 de la mañana, total pa na.]

Bueno, sigo con lo mío, jijiji. Es muy fácil decirte todo lo que te quiero, porque te quiero por tantos motivos...

Te quiero por tu sol, aunque tu luna no es pequeña, te quiero porque caminas con paso firme por la senda de la vida, porque tienes ilusiones, porque eres capaz de luchar por lo que persigues, eres capaz de mejorar, eres capaz de aguantarme (jijijijijiji). Te quiero porque me quieres, te quiero porque somos raros (tú lo decías ayer). Me decías que no te habías agobiado, que esa carta no la esperabas, y que te había entristecido (sí, iba todo bien hasta que te la mandé, pero precisamente por eso te la mandé, porque había cosas en mi interior que gritaban por salir), pero es que en realidad no hablaba de la última vez que estuvimos juntos, que fué genial, sino de las anteriores... pero en fin. Es igual. Es una carta, nada más.

Sigo con mis motivos. Te quiero porque a todas horas pienso en tí, a este paso me van a echar del trabajo, por poco rendimiento, por estar siempre de vacaciones. Tengo miedo a perder mi trabajo y a perderte a tí. Sería demasiado para mí. Por eso voy a seguir luchando, no podré llamarte siempre ni escribirte mensajes siempre, pero buscaré todos los días media horita para dedicártela a tí. Uuuupsss se me ha acabado! Es broma. Sigo escribiendo un poco más.
Te quiero porque eres guapa, tienes un cuerpazo, eres alta, tienes unos ojos negros que me seducen, una voz que ni las sopranos, una madurez y experiencia de la vida que a veces a mí me falta.

Y es que no te quiero perder nunca, porque he aprendido mucho de tí y espero seguir aprendiendo siempre, porque me complementas, nos complementamos.
Y cualquier poesía es poco para decirte lo mucho que te quiero.
Amanece, y ella no está.
A cada paso que doy el sonido del viento sobre mis orejas susurra su nombre.
Escribiré mis mejores versos.

He estado llorando, recordando lo impotente que me siento.
Intentaré escribir mis mejores versos.

Pero ella no está.
A veces surje en mí, fuerte como el acero,
pero al rato desaparece, tan rápida como apareció,
con su tenue presencia, su mirada curiosa,
su cariño en cada gesto, cada mirar.
Puedo escribir mis mejores versos.

Algún día volverá.
Mi vida transcurrirá, lánguida, ausente, entre la de los demás.
Porque ella no está.
Yo me entregué, ella también,
Si he de morir, no sé con quién,
Con ayuda de mis versos con ella intentaré.
Sigo intentando escribir mis mejores versos.

Fué mía,
En los mejores días de mi vida,
Y seré dichoso cuando decida volver por aquí.
Te desearé por siempre,
Esperando volver a verte,
Que me muero por tenerte,
Y entre mis brazos abrazarte.
Bueno, después de todo no ha estado tan mal!
Te quiero, muchos besos.
_______________________________

Qué giro, diréis. Ayer publiqué un artículo sobre aceites usados, y hoy una carta de amor... qué le vamos a hacer, mi niña. No es el mejor sitio para esta carta, ¿tal vez un blog paralelo?... no sé, dependerá de la inspiración...

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